Fundador del Tec
Descubre cómo su firme creencia en el poder transformador de la educación llevó a la creación de una universidad que se convirtió en un referente nacional e internacional.
El proyecto
La convicción de que la educación lo puede todo, hizo posible la fundación de una universidad que se convertiría en un referente nacional e internacional.
Un proyecto y la convicción de que la educación lo puede todo
Eugenio Garza Sada fue el promotor de la fundación del Tecnológico de Monterrey. Desde 1936, los empresarios mexicanos tuvieron la inquietud de crear una escuela con orientación tecnológica, a fin de atender las necesidades de la economía del país. Surgieron varios proyectos y líderes que los encabezaron, pero no pudieron concretar.
En 1941, Antonio L. Rodríguez planteó a Eugenio el proyecto, buscando su ayuda. Garza Sada se entusiasmó y opinó que se había retrasado demasiado; tajantemente dijo a los promotores que había que hablar menos y hacer más. Se comprometió a dedicar tiempo y esfuerzo para concretar el instituto y a aportar y conseguir los recursos necesarios, convirtiéndose en el principal líder fundador de un nuevo proyecto.
En pocas semanas informó a quienes desconocían el proyecto, convenció a los indecisos y animó a quienes mostraron disposición. Demostró que entre los empresarios regiomontanos había voluntad para hacerlo realidad. Eugenio Garza Sada consideró que el instituto tecnológico debía ofrecer educación de calidad internacional a través de carreras que correspondieran a las necesidades del país.
Para poner manos a la obra de inmediato, opinó que debía existir un Consejo único, en lugar de los tres propuestos, buscando que la institución tuviera un manejo ágil y eficaz y evitara la burocracia.
El 14 de julio de 1943 se creó Enseñanza e Investigación Superior A.C. (EISAC), asociación fundadora del Tecnológico de Monterrey. El Consejo de Directores fue presidido por Eugenio Garza Sada e integrado por Bernardo Elosúa, Ricardo Quirós, Jesús J. Llaguno, Andrés G. Sada, Virgilio Garza Jr. y Roberto Guajardo Suárez. Entre los socios activos estuvieron Antonio L. Rodríguez, Agustín Basave, Rodolfo Barragán, José G. Martínez, Jesús Barrera, José Benítez, Jorge Rivero, Andrés Chapa, Armando Ravizé, Juan S. Farías, Joel Rocha, Rómulo Garza, Roberto G. Sada, Roberto Garza Sada, Diego G. Sada, Hernán Sada Gómez, Ignacio A. Santos, Alejandro Guajardo, José E. Treviño García y Miguel Vera.
En sus 30 años al frente del Consejo del Tec de Monterrey, Eugenio solo faltó tres veces a las reuniones de la institución, debido a que estuvo enfermo, y en esas ocasiones fue suplido por su hijo, Eugenio Garza Lagüera, quien se convertiría en el futuro presidente del Consejo.
Los años decisivos:
1943 - 1958
Los primeros quince años del Tec de Monterrey estuvieron marcados por las dificultades económicas. Eugenio Garza Sada pedía los balances financieros con una sola pregunta: ¿cuánto faltó este mes?, y se esforzaba en cubrir el déficit.
Los fundadores sabían que crear una escuela de calidad y altura internacional era una tarea titánica que pocos se atreverían a emprender. Sin embargo, los pocos se hicieron muchos, y el Tecnológico se convirtió en el primer proyecto permanente que reunió el apoyo de la iniciativa privada nacional a la educación superior.
Los consejeros del Tec agotaron todas los medios para buscar recursos. Gestionaron sorteos, rifas, formación de patronatos, obtención de fondos internacionales y becas, campañas de recaudación, aportaciones directas, donativos del gobierno, y todo cuanto su experiencia como empresarios y su creatividad les permitiera idear. Fue un trabajo titánico.
En 1954, el Campus Monterrey estaba prácticamente terminado, y ese año se inauguró el actual edificio de Rectoría, con un mural del artista mexicano Jorge González Camarena, titulado “El Triunfo de la Cultura”.
Esta obra era el remate de la entonces Avenida Tecnológico, la vista que daba a la ciudad. En ella se representó el triunfo diario de la civilización, convirtiéndose en un memorial del cumplimiento del sueño de los fundadores, el Tecnológico como un triunfo para la cultura en el país.