Su primer trabajo: la Cervecería Cuauhtémoc
Lo primero que hizo Eugenio al volver a Monterrey fue buscar trabajo. Tenía una gran pasión por la Ingeniería Civil, carrera de la que se había graduado, pero entendió que la empresa de su padre necesitaba todo el apoyo posible, pues la Revolución Mexicana la había dejado cerca de la quiebra.
Decidió laborar en la Cervecería Cuauhtémoc en 1917. Desde el inicio le hicieron ver que no tendría privilegios por ser hijo de uno de los dueños. Tenía que ganarse su lugar, como el resto de los empleados. Comenzó en un puesto menor, auxiliar en el Departamento de Estadística, en donde ganó su primer sueldo, $125 pesos mensuales.
Entre sus responsabilidades estuvieron dos temas que se convirtieron en su pasión: las ventas y la publicidad. Su primer jefe cuenta que Eugenio venía muy acelerado, y quería hacer cambios importantes en el departamento para “modernizarlo”, aunque sus propuestas no eran adecuadas para ese momento. Isaac Garza tuvo que intervenir, y le aconsejó a su hijo que primeramente se dedicara a aprender de los demás y a entender el negocio, para luego hacer sugerencias o proponer cambios.
Eugenio participó en la creación de una nueva estrategia de ventas, y trabajó durante años en mejorar la publicidad de la empresa para posicionar a la cerveza en el mercado mexicano. Su capacidad para resolver problemas, y para planear y ejecutar proyectos fueron esenciales para la compañía y lo hicieron destacar como líder.
El emprendedor constante
Eugenio Garza Sada fue un emprendedor durante toda su vida. Después de la Revolución Mexicana, creía que el país necesitaba nuevos fundamentos. Para ello se requerían emprendedores que estuvieran dispuestos a crear valor a través de nuevas empresas, instituciones, escuelas y asociaciones civiles. Él fue uno de ellos.
Su postura como empresario era que el desarrollo económico promoviera el desarrollo social. Ayudó a implementar estrategias innovadoras, como la creación del primer holding en México, llamado Valores Industriales S.A. (VISA), antecedente de Fomento Económico Mexicano, S.A. (FEMSA). Este permitió atender las necesidades de las compañías del Grupo para que cada una se dedicara solamente a producir y vender, haciéndolas más eficientes. Dicho modelo hizo que los negocios crecieran fuertes por todo el país.
Su labor empresarial marcó una época en el progreso del país. En promedio, junto a su hermano Roberto, fundó una nueva empresa al año desde que comenzó a emprender.
Hermanos y socios: las empresas dirigidas por Eugenio y Roberto Garza Sada
Sultanes de Monterrey
Eugenio Garza Sada fue un importante promotor deportivo. Consideraba que practicar deporte era esencial en la vida de una persona, pues permitía tener un cuerpo sano, divertirte y tener momentos de recreación.
Desde la empresa, apoyó a todas las disciplinas profesionales. Fue uno de los impulsores del béisbol, al patrocinar al actual equipo Sultanes de Monterrey, que tuvo sus orígenes en la onceava Carta Blanca. Sus principales contribuciones fueron la construcción de campos y la gestión de la transmisión de juegos en los medios de comunicación.
También respaldó la creación del Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México en 1973. Este espacio, inaugurado en los jardines de la Cervecería Cuauhtémoc, dio homenaje a los mejores beisbolistas mexicanos y extranjeros que destacaron en el país.
Club de Futbol Monterrey
Eugenio Garza Sada fue clave en el posicionamiento del fútbol como deporte principal en México. Fue uno de los accionistas del Club de Futbol Monterrey, fundado en 1945, el cual tuvo su sede en el Estadio Tecnológico, construido dentro del Tec de Monterrey bajo la indicación del mismo Eugenio.
En esa época, el futbol era poco popular, y no generaba suficientes recursos, por lo que estaban en crisis continuas. Eugenio fue clave para que “Los Rayados de Monterrey” fueran un equipo rentable, y pudieran sobrevivir y crecer. Debido a su apoyo al deporte profesional, Garza Sada fue nombrado “Deportista Distinguido” por el municipio de Monterrey.
Roberto Garza Sada
Eugenio Garza Sada y su hermano Roberto fueron un excelente equipo formador de empresas. Tan sólo entre 1932 y 1945, fundaron o participaron como accionistas en al menos 35 nuevas sociedades.
Los hermanos Garza Sada emprendieron negocios ligados a las innovaciones tecnológicas de vanguardia. Realizaron inversiones en los ramos químico, petroquímico, automotores y electricidad. Además, crearon proyectos innovadores, como la Planta Generadora de Energía Eléctrica (1943) y Gas Industrial de Monterrey (1944), para proveer energía para la industria.
En 1936, promovieron la reorganización de sus empresas a través de sociedades capaces de administrarlas, o holdings. Eugenio y Roberto, junto al abogado Manuel Gómez Morin. Formaron así los primeros holdings, entre los que destacan Valores Industriales, S.A. (VISA) y Fomento de Industria y Comercio S.A. (FICSA).
Eugenio y Roberto Garza Sada fueron un ejemplo de trabajo colaborativo. Sus oficinas estaban una al lado de la otra, se turnaban la dirección del Grupo empresarial, y nunca se les vio discutir en público o estar en desacuerdo. Juntos impulsaron la conformación de un Grupo Industrial que fue clave para el desarrollo de diversos sectores industriales en el país.